jueves, 20 de agosto de 2009

Desapareció un día







Hace un rato estaba leyendo un artículo sobre la dictadura en Honduras, algunas palabras se me clavaron como puñales: escuadrones de la muerte; tortura; terrorismo de estado...
En mi país esto también pasó, yo soy de la generación que nació en democracia, pero que heredó el miedo de los años de plomo.....es raro pero hablar de estas cosas siempre me hace llorar, siendo que nadie de mi familia participó de lo que pasó. Fueron más bien de los que se quedaron al margen, de los alegres ignorantes, a veces opinan TAN CONTRADICTORIAMENTE sobre el tema, como tanta gente que uno escucha por ahí; a mi me da bronca, impotencia, vergüenza. Creo que no caen en que una política perversa y arbitraria nos convierte a todos en blancos; si pasara ahora, muchos de sus amigos, incluso sus hijos serían chupados o DESAPARECIDOS, con el horror que implica esa palabra...no tener ni siquiera una tumba donde llorar un montón de huesos tristes.
Yo estoy en contra de la violencia en todas sus formas, y los totalitarismos son un tipo de violencia. Hace un tiempo atrás me apuntaron con un arma para robarme, todavía suelo tener pesadillas con eso, pensar que por una reacción diferente podrían haberme "hecho cagar", como ellos me dijeron (eran dos). También me da escalofríos que mucha gente pida más policía como equivalente de seguridad, como si la violencia desapareciera con más violencia....Me voy de tema, soy terrible!...pero lo que quería decir era esto: no puedo concebir que un ser humano empuñe un arma contra otro ser humano; y nada, pero nada, justifica una política del terror por parte del Estado.
Hace un tiempo leí "Los excluidos" de Elfriede Jelinek, tremendo libro! muy recomendable. Al margen de la historia del libro, el personaje del padre nazi me hizo pensar en que aún hoy mucha de la gente que cometió esas atroces violaciones a los derechos humanos camina entre nosotros, va a misa, manda a sus hijos a la escuela.....¿qué frutos pueden salir del árbol de la impunidad?
¿Cómo poner en palabras el horror? El horror de no tener últimas palabras, no poder decir adiós, hasta siempre, hasta la próxima vida, a las personas que uno ama.
Yo creo que independientemente de nuestros ideales o nuestra ideología (de derecha, de izquierda, de los centro de arriba o de abajo) los derechos humanos deberían ser respetados siempre.
Que NUNCA MÁS haya desaparecidos. NUNCA MÁS, NUNCA MÁS, NUNCA MÁS!
...por favor.....

Las imágenes son de la muestra de Gustavo Germano "Ausencias".

2 comentarios:

  1. Qué hermoso post. ¡¡QUE NUNCA, NUNCA MÁS, HAYA DESAPARECIDOS!!

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  2. Si lo gritáramos todos juntos ¿nos escucharían?
    Gracias por pasarte.

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